Tanto ha ido el cántaro a la fuente que al final se ha roto. En la tarde de ayer nos enterábamos de la detención de los responsables de Megaupload en Nueva Zelanda y su orden de cierre por parte del FBI. Megaupload era una empresa que brindaba almacenamiento online gratuito a cambio de publicidad o bien nos quitaban la publicidad acambio de una pequeña cuota.
De cualquier forma sabemos que ese almacenamiento no se utilizaba para guardar álbumes familiares sino para subir contenidos con copyright altamente demandados por la sociedad y distribuirlos por páginas de enlaces como www.seriesyonkis.com, www.peliculasyonkis.com y muchas páginas similares que de nuevo a cambio de publicidad nos proporcionaban un acceso instantáneo y gratuito a contenidos de pago con copyright. Hacíamos lo que se dice un robo en toda regla, ya que si antes nos costaba tener el ordenador encendido 24 horas para poder bajar algo de programas P2P con servicios como megaupload teníamos ese contenido en apenas unos minutos o la posibilidad de verlo en streaming, ver si nos gusta o no y seguir disfrutando de nuestra banda ancha con total tranquilidad.
Está claro que las propietarias del contenido véase Time Warner, Sony Pictures y un largo etcétera han llevado a cabo prácticas abusivas con el precio de sus contenidos. El uso de la TV se esta descentralizando de horarios y lugares. Hay gente que no quiere esperar a ver su serie favorita a que salga doblada en su país mas que nada porque gracias a Series Yonkis nos hemos dado cuenta que los doblajes son ridículos y muchos queremos ver el contenido original y subtitulado.

Necesitamos una libertad a la hora de consumir contenidos porque somos libres de usar el tiempo como queramos pero hemos hecho un exceso de esa libertad utilizando el streaming ilegal de forma abusiva y sistemática. Es el momento de limpiar nuestras conciencias con servicios legales como Spotify, iTunes o Youtube, que por 90 míseros céntimos nos permite tener en una calidad estupenda nuestras canciones favoritas o el acceso a todo el catalogo musical por 9€ al mes.
Debemos hacer un ejercicio de madurez y evitar a toda costa que nos coarten nuestra libertad a través de leyes ridículas como la Ley Sinde, Hadopi o la norteamericana SOPA. Para eso nuestro uso de la red también ha de ser responsable y dejar de piratear por sistema reclamando alternativas legales y con un precio aceptable.
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